LIBROS

Te ofrezco libros con historias reales que te cautivarán desde la primera página. Mis libros te transportarán a mundos desconocidos y te inspirarán con experiencias reales.

 

JUSTICIA

 

UN THRILLER POLICIACO MUY REAL.


Isabel puede ver a espíritus, hablar con ellos, y por eso decide junto a unas amigas en el Instituto realizar una ouija. A partir de ese día todo cambia.
Diez años después y como Policía Nacional, trabaja junto a Laura, en la Unidad de Delitos Sexuales y Violentos, destinadas en Barcelona, en las Olimpiadas.
Los autores de los delitos empiezan a fallecer en extrañas circunstancias. ¿Quién está detrás de estos asesinatos?
Una Juez y la jefa de ese Grupo, tienen sospechas de que están siendo asesinados. Cuando logran averiguar quién se toma la Justicia por su mano, se dan cuenta de que todas las implicadas en este thriller policiaco, han sido víctimas.
Algunas no recuerdan, otras quisieron olvidar.

SANGRE DE VALIENTES

 

BASADA EN HECHOS REALES
Susana es una escritora que padece depresión, los demonios de los que quiso huir han regresado, los miedos la atormentan y el síndrome del folio en blanco la impiden escribir.
Una llamada inesperada la hará despertar del letargo, debe de bajar hasta el mismísimo infierno para documentarse sobre su novela.
La representación de unas vidas relatadas de primera mano. Contar la historia de los que han dejado olvidados, la historia de la sangre de los valientes.
Atentados, coches bomba, suicidios por no poder soportar situaciones vividas al límite. La soledad de unas familias, cuyos maridos, padres e hijos, murieron a manos de unos asesinos. Mil maneras de morir tras una vida de entrega y servicio en defensa de la Ley y de los ciudadanos.
Esa es la concepción de esta novela, en la que se entremezclan la depresión de Susana, sus años de servicio como policía, y la época en que la banda terrorista asesinaba a los que vestían de uniforme.
Una novela que dejará una pregunta en el aire.
¿Corremos en la actualidad el riesgo de que la historia se repita?
Una verdad desconocida, unas familias olvidadas que por fin encontrarán un homenaje a su sacrificio y sufrimiento.

LEALTAD

 

UNA LUCHA POR ENCONTRAR LA REALIDAD

Una noche por la ciudad aparece una joven sin ropa y llena de sangre huyendo de algún lugar.
Marta es detenida por prostitución y se le intervienen unas pastillas de las que se desconoce la procedencia. Alex ha robado en una tienda de telefonía. Y una familia aparece asesinada en su domicilio. Laura, policía del grupo de menores, se hace cargo de la investigación de todos estos casos.
Los acontecimientos se precipitan mientras las vidas de policías y delincuentes se entrelazan. Descubren que sus vidas están ligadas y que algunos son utilizados en una investigación ilegal como cobayas humanos.
El camino es difícil, la verdad supera la ficción. ¿Quién está detrás?
Los engaños, las mentiras y la traición trasladarán al lector en una incertidumbre continúa hasta el final de las páginas de la novela.

Una aventura del presente, que nos recordará a un pasado de exterminio, desolación y guerras.

NO QUIERO SER MAYOR

 

Anita es una niña de cinco años que sufre pesadillas por el Horrible. Le da vergüenza contar lo que le sucede. Teme perder el cariño de los que ella quiere. ¿Todos los niños tienen a un Horrible en sus vidas?
El día de su sexto cumpleaños, todo saldrá a la luz.
Advertencia: este cuento debe de ser leído con un adulto.

 

También lo puedes encontrar en catalán. 


Una prostituta encuentra la única solución a su embarazo. Dar a su bebé a una amiga. A

cambio tendrá que introducirse en la Congregación de la Luna, integrado únicamente por

mujeres, quienes le repercutirán grandes beneficios, sin saber que con ello, perderá lo más

querido.

La Congregación está siendo investigada por Julio, un inspector de homicidios, un caimán en él,

argot policiaco y tras muchos años logrará por fin dar con la solución a decenas de cadáveres.

Las sectas seguirán existiendo siempre y esta se aprovecha de los pobres infelices, carentes de

una felicidad eterna.

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ARTÍCULOS

 

SUICIDIO

VOY A HABLAR DE GUERREROS , DE LOS QUE LLEVAN UNIFORME, DA IGUAL EL COLOR, DE LOS QUE NOS ENSEÑÁN A CORRER EN DIRECCIÓN AL  PELIGRO. A ENFRENTARNOS A LOS PEORES MINUTOS DE MUCHAS PERSONAS.

PERO SOBRE TODO VOY A HABLAR EN PRIMERA PERSONA Y EN LA DE LOS QUE YA NO TIENEN VOZ, PORQUE UN DÍA DECIDIERON QUITARSE LA VIDA O LOS QUE SUFREN LA ENFERMEDAD QUE PARA MUCHOS SIGUE SIENDO UN TABÚ O UNA VERGÜENZA.

HABÉIS ESCUCHADO ESTADÍSTICAS, MÁS BIEN RECIENTES, ANTES SE OCULTABAN;  LOS SUICIDIOS.

HOY QUIERO DECIROS QUE SOY ENFERMA DE DEPRESIÓN CRÓNICA.

HE VISTO VAGINAS DE NIÑAS DE 7 AÑOS QUE TENIAN LA ESTRUCTURA DE UNA MUJER DE 35. ZONAS GENITALES ARRANCADAS CON ALICATES.

MUJERES QUE FUERON ASESINADAS POR SUS MARIDOS Y NIÑOS A LOS QUE DEBÍA CONSOLAR, SIN QUE YO DERRAMARA UNA LÁGRIMA.

HE SIDO UNA GUERRERA FUERTE, HE OCULTADO SENTIMIENTOS, HE SOSTENIDO EL ARMA SIN UN TEMBLOR AL DETENER A UN HOMBRE QUE ME DOBLABA LA ALTURA.

HE VISTO DESGRACIAS POR DOQUIER, QUE NI LA IMAGINACIÓN DE TARANTINO PUDIERA GRABAR EN UNA PELICULA, PORQUE SERÍA CIENCIA FICCIÓN.

HASTA UN BUEN DÍA, NO SÉ EL MOTIVO, NO SÉ EL DESENCADENANTE, EL PECHO EMPEZÓ A DOLER, Y LAS RODILLAS TEMBLABAN, ASÍ COMO LAS MANOS CUANDO SOSTENÍA EL BOLIGRAFO.

NO LE DABA IMPORTANCIA, ERA UNA GUERRERA, TENIA UNA ARMADURA, ME ENSEÑARON A NO MOSTRAR SENTIMIENTOS, ME DIJERON QUE MORIRÍAN COMPAÑEROS Y QUE LA VIDA CONTINUABA. UNA GUERRERA QUE SEGUÍA ORDENES Y LAS DABA SIN QUE ME TEMBLASE LA VOZ.

QUE EQUIVOCADA ESTABA, ¿A QUIÉN LE PIDES AYUDA SI ESTAS BIEN? SOLO ESTÁS CANSADA, ESO ERA, NECESITABA DESCANSAR. NO SABÍA A QUE HORA REGRESABA A CASA, EL TELÉFONO SONABA EN MITAD DE LA NOCHE PARA LEVANTARME E IR AL TRABAJO Y BUENO, NO TODO IBA A SER MALO, ENTRE ACOSTARME TARDE, LEVANTARME PRONTO, ME QUEDÉ EMBARAZADA, ¡DE VERDAD! NO TENÍA TIEMPO NI PARA ESO. PERO SUCEDIÓ.

Y CUANDO TUVE A MI BEBÉ, DESCANSÉ UN POCO, QUIEN HAYA SIDO MADRE O PADRE, SABE DE LO QUE HABLO, LEI LIBROS, PASEE,  IBA A LA PELUQUERÍA, DICEN QUE EL SEGUNDO SE CRIA SOLO. PODÉIS REIROS.

BUENO, PUES UNOS AÑOS DESPUÉS Y CON EL RITMO DEL TRABAJO, DE UN VIOLADOR EN SERIE, QUE CUANDO ERA CAPTURADO APARECÍA OTRO, O A UN NARCOTRAFICANTE SE LE OCURRÍA LLEGAR A ESPAÑA POR EL AEROPUERTO, O UN SICARIO MATABA A UNA PERSONA, COÑO, SE HABÍA EQUIVOCADO, PUES A LA SEMANA INTENTÓ MATAR A OTRA, VAYA IMBECIL, HASTA QUE SE LE DETUVO CUANDO QUISO ASESINAR A LA MUJER POR LA CUAL LE HABÍAN CONTRATADO.

 

ME DESPITO, DE LO QUE IBA A CONTAR, UN DÍA ESA GUERRERA VALIENTE, QUE SOY YO, DEJÉ DE SER VALIENTE, Y LA MUERTE QUE PERSEGUÍA A MIS VÍCTIMAS, PORQUE ERAN MÍAS, YO INTENTABA SER SU SALVADORA, ESA MUERTE SE PEGÓ A MIS ESPALDAS, ME CULPABA DE ESTAR DESNUDA, DE NO TENER MI TRAJE DE PROTECCIÓN, DE SER UNA GUERRERA.

ESTABA LLENA DE HERIDAS EN EL ALMA, POR CADA CASO QUE NO RESOLVÍ, ME CULPABA POR NO HABER DETENIDO ANTES DE UN HECHO DELICTIVO, POR NO VER AL VIOLADOR O DETENER AL TERRORISTA QUE MATÓ A MI COMPAÑERO Y AMIGO EL MISMO DIA QUE YO ESTABA DE SERVICIO.

LOS REMORDIMIENTOS DE NO SER UNA GUERRERA, Y LA MUERTE, LA JODIDA MUERTE SIEMPRE A MI LADO, ME INCITABA A TERMINAR CON TODO, SERÍA LO MEJOR PARA MI FAMILIA, PARA MIS AMIGOS, PARA MI, SE ACABARÍA EL DOLOR, LA TORTURA. ESE ES MI CASTIGO POR NO HABER SIDO UNA GUERRERA

CARGABA EN MI ALMA LA MOCHILA DE CADA UNA DE LAS VÍCTIMAS, Y TE TOMAS LA MEDICACIÓN, UNA PASTILLA Y OTRA, Y DESPUÉS COMO NO TE DESPEGAS DE LA MUERTE, TE LA INCREMENTAN, OTRA MÁS. Y CUANDO TU CUERPO SE ACOSTUMBRA, VUELVE OTRA VEZ LA IDEA, “ESTARÁN MEJOR SIN MI”, Y ENTONCES APARECE LA PLANIFICACIÓN, ¿ME CORTO LAS VENAS? TENGO QUE ESTAR SOLA,  ME METERÉ EN LA BAÑERA, PARA QUE NO TENGAN QUE LIMPIAR, O ME TOMO TODAS LAS PASTILLAS Y ME ACUESTO Y NO VUELVO A DESPERTAR.

Y EL DOLOR DEL PECHO QUE NO TE DEJA RESPIRAR, OJALÁ PUDIERAS EVITARLO, ES IMPOSIBLE, LOS PULMONES SE NIEGAN.

QUIERES MORIR, TE REPITES UNA Y OTRA VEZ, Y LA MUERTE TE DICE ¡Y NO ESCUCHO VOCES! QUE TU FAMILIA ESTARÁ MEJOR SIN TI, SIN UNA MUJER, MADRE, HERMANA O HIJA ENFERMA, LA QUE LLORA SIN MOTIVO, O POR ÉL. POR SER CULPABLE DE NO SER UNA BUENA GUERRERA.

NO LLEVO ESCAYOLA, NI UN VENDAJE, NO TENGO PUNTOS EN NINGUNA HERIDA, TENGO DAÑADA MI ALMA.

 

 

 

 

La Supremacía de un Estado

 

La supremacía de una comunidad; la catalana, en este caso, y la del Estado que nos ha tocado, me genera opiniones encontradas, ¿cómo se quedan las otras comunidades? El eslogan utilizado “Espanya ens roba” fue una buena artimaña para engañar a los catalanes. Les incitaron con un eslogan un excelente márquetin para que pensaran que su dinero se lo llevaban el resto de comunidades, siendo los foráneos de Cataluña, quienes mantenían a un Estado entero con su sudor y su sangre. 

Después vino la supremacía de tener genes que no correspondían con los compatriotas, así como ningún lazo con la historia de una España, siendo ellos incluso los herederos de Cristóbal Colón, más afines su ADN a los países del norte de Europa que a sus paisanos aragoneses, quienes, por lo visto, no deseaban en ningún momento separarse de España.

Lo que ha sucedido en el hemiciclo, ha sido bochornoso, ahora ¿quién roba a quién? me pregunto, siendo mujer y rubia, eufemismo sin querer ofender a nadie, puede que no entienda mucho de política, que no sepa todos los nombres de los políticos y que de la historia de España me falten algunos capítulos. Sin embargo, ha sido degradante que siete escaños de Junts, un partido golpista y con su cabeza pensante, si alguna vez lo hizo, fue cuando huyó en el maletero de un coche, imponga a un país sus normas y decida el futuro de unos españoles que pasarán a ser de segunda. Ahora no les roba nadie, parece ser,  y ellos son los que están metiendo la mano en la chaqueta del vecino, si así se puede llamar al foráneo de otra comunidad que no tiene nada que ver con el catalán. Examinemos este tema desde diversas perspectivas para comprender sus implicaciones.

Bajo mi punto de vista, la supremacía del estado y de Cataluña se han unido en el concepto de soberanía, que sugiere que un gobierno tiene el derecho exclusivo de ejercer autoridad y control sobre un territorio determinado. Este poder se deriva del consenso de un Presidente que solo quiere estar cuatro años más en la Moncloa, agarrado a su sillón  y de otro President fugado que quiere volver victorioso, sin ninguna imputación judicial, y encima tendremos que pedirle perdón, por su exilio. Deberemos de indemnizar a los que estuvieron en la cárcel, por dar un golpe de estado, y obviar el dinero que se llevaron y diversificaron en cuentas de otros países, así como en sus propios bolsillos, ya que uno de los acuerdos es derogar la malversación. Podré ser rubia, pero en mi concepto de honradez, no entra llevarse el dinero de los contribuyentes, ni mordidas del veinticinco por ciento, tal y como dijo el Sr. Maragall, puede que fuese el Alzheimer que por desgracia sufre, o un arrebato de honradez, quién sabe.  

A este estado supremacista, como le llamo, le importa muy poco la población, así como la Constitución. La forma de ejercer esta Supremacía tendrá sus consecuencias, o eso espero, por el bien de una España sin que haya desigualdades ante las comunidades.

El estado supremo que ahora gobierna, quiere implementar políticas y tomar decisiones a golpe de decretazos, sin garantizar seguridad en las calles, produciendo cada día más hartazgo en la población, habiendo un desequilibrio en las clases sociales, quienes irán empobreciéndose día a día, y provocando que haya dejado de creer en la Constitución y todos los códigos éticos.

La historia ha demostrado que la supremacía del estado puede convertirse en un riesgo cuando se abusa de ese poder.

Históricamente, regímenes autoritarios y totalitarios han surgido bajo el pretexto de la supremacía estatal. En estos casos, el gobierno ejerce un control absoluto sobre la vida de sus ciudadanos, limitando las libertades individuales, restringiendo la libertad de expresión. Al periodismo que crítica sus actos, dejarán de asistir a unas ruedas de prensa, para no alzar la voz. Este Estado irá  suprimiendo la oposición política. Ejemplos como la Alemania nazi o la Unión Soviética ilustran los peligros de un estado en busca de una supremacía total.

La supremacía del estado también puede manifestarse en formas más sutiles; como en democracias representativas, donde el gobierno, elegido por el pueblo, tiene una gran influencia y capacidad para tomar decisiones.

La concentración excesiva de poder en manos de unos pocos, Junts, solo tiene 800.000 votos, y son, junto a Bildu, seis escaños, son quienes gobiernan a este país, en primera línea, aunque para muchos solo sean apoyos. Son los que están llevando desde la segunda línea todo un régimen dictatorial. Esto nos está llevando a prácticas antidemocráticas y desigualdades sistemáticas.

En contraste, algunos defensores de la supremacía estatal argumentan que es esencial para mantener la estabilidad y el orden en la sociedad. Un estado debe de proporcionar servicios públicos eficientes, garantizar la seguridad nacional y abordar desafíos económicos y sociales de manera efectiva. Sin embargo, este Estado, y sus gobernantes, porque no hay uno, realizan todo lo que les viene en gana, únicamente para beneficiarse ellos y sus aliados.

El estado, en última instancia, decide qué comportamientos son aceptables o inaceptables, como por ejemplo ser un delito de odio, aporrear una piñata de un muñeco con la figura del  presidente de este Estado y que bajo artimañas a decido que se considere delito de odio. Me pregunto si cuando quemaban fotografías del Rey, cortaban la cabeza a un muñeco de Rajoy o quemaban la bandera rojigualda a la que tantos defendemos no es delito. Sin embargo, cuando alardean una bandera ilegal, es libertad de expresión. Puede ser, mi ignorancia quién denote mi alfabetismo en una sociedad enfrentada por un pasado que muchos ni siquiera vivieron y que al parecer ocurrió hace unos meses, repito para muchos, soy rubia, y la Dictadura, debió de suceder hace poco. Aunque para mí, la única que hubo fue cuando unos exaltados, en el Parlamento de Cataluña, y en 2017, hace cuatro días, como dirían otros, decidieron proclamar una República, dictaron órdenes y la comunidad se fue al carajo. Las empresas se largaron, más de nueve mil, a las que ahora quieren castigar con impuestos, esto sí que es dictatorial. Cuando imponen la lengua catalana, sin dar opción a estudiar el castellano, y se adoctrina a los jóvenes en las escuelas, con que el Estado Español se queda con el sudor de sus padres. En la que los Centros Educativos, se han vuelto represores de los españoles y abogan por echar, junto a la Generatitat a la Policía Nacional y Guardia Civil, de este territorio, que es tan suyo como de ellos. 

Es crucial reconocer que, en el Estado, haya separación de poderes, si es que alguna vez lo hubo, aunque ahora demuestra a simple vista no existir. ¿De quién depende la Fiscalía?

También, imploro en la importancia de un equilibrio adecuado entre la autoridad del estado y los derechos individuales. La supremacía estatal debe coexistir con mecanismos efectivos de rendición de cuentas, separación de poderes y protección de los derechos civiles para evitar posibles abusos.

En resumen, el desafío radica en encontrar un equilibrio que permita la eficiencia gubernamental sin sacrificar las libertades fundamentales, a pesar de esto, lo que estamos arrastrando es un Estado autoritario que le importa un bledo la sociedad, y solo mira por sus intereses; económicos, personales y demás. Dejando de lado a una sociedad en total desequilibrio, y sembrando injusticias por doquier, sin que se encuentre la estabilidad para poder vivir pacíficamente.

El odio que están sembrando es perceptible en la propia sociedad, quién es cada día más violenta, sin importarle el prójimo, sabiendo que en la gran mayoría de las ocasiones sus penas serán tan livianas que volverán a reincidir.

Este Estado que aboga según dice por la ayuda a las clases sociales con grandes problemas económicos, quiere desvincularse del delito de malversación, y que mejor que eliminar dicha pena. Así como también dejar a los sediciosos sin culpa, para poder volver a repetir y realizar otro golpe de Estado sin condena, solo les faltó, no sé si por falta de los que muchos alardean y estos no tuvieron bajar la bandera de España de la Generalitat.

Las ciudades fueron asediadas, y sobre todo Barcelona, durante dos años, 2017 y 2018, fueron las peores noches para una ciudad sin ley, sin que nadie ordenara cargar contra los opresores, y tuvieran los tanques de agua guardados y tapados para que por lo visto no hubiera opresión por parte del Estado, dejando a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, totalmente indefensos. Lograron y lograrán vendernos tanto a la sociedad como a las Fuerzas de Seguridad de Estado por sus intereses políticos.  

Esta es la Supremacía del Estado en la que estamos viviendo y nos quieren convencer que será lo mejor para todos.

 

© Yolanda Trancho- Escritora

 

 

El suicidio.

 

El suicidio; acto por el que una persona se provoca la muerte de forma intencionada.

Por lo general es consecuencia de un sufrimiento psíquico y desesperación.   El indicador conocido más «importante» y factor de riesgo individual es el antecedente de un intento de suicidio no consumado.

Suicida, de Leonardo Alenza (h. 1837; Madrid, Museo del Romanticismo).

 

En el año pasado, 2022, se suicidaron 3000 hombres y 1000 mujeres, una cifra demasiado alta.

 

También, según las estadísticas desde el año 2020, el confinamiento y la pandemia, acrecentó los problemas de salud mental.

 

Los jóvenes, que comprenden edades de 12 a 30 años, sufrieron las consecuencias y la autolisis comenzó a ser más frecuente, sobre todo en niñas. Para después pasar al suicidio. Muchos de sus familiares no supieron detectar el padecimiento del suicida. Es algo de lo que nunca se piensa. Sin embargo, en el vocabulario y hechos se puede detectar; falta de higiene, estar más tiempo en la cama y una larga lista de actos de los que no estamos informados.

 

También, deseo añadir, que el año pasado murieron tantos compañeros; guardias civiles, policías nacionales y locales, así como autonómicos que mujeres asesinadas a manos de sus maridos. Sin embargo, y a pesar de esto. Nadie habla de estas cifras tan espantosas dentro de los cuerpos policiales, ni se tienen más de doscientos millones de euros, para poder evitar ya no solo en las fuerzas y cuerpos de seguridad como en la población en general el suicidio.

 

Las comparativas son feas y malas, pero deben de existir cuando falta una formación en relación con el suicidio y los pensamientos suicidas. En muchas ocasiones, no tiene por qué estar enfermo mentalmente, sino que es un momento en el que no se ve otra salida, más allá que la muerte, como única solución a su estado.

 

Los compañeros necesitan de nuestra ayuda por una salud mental necesaria y para proteger su “estabilidad y competencia” respecto a los demás compañeros que no han entrado en la frontera peligrosa de alteración de la salud mental.

 

Sabemos que se acercan fechas muy difíciles y la soledad abruma, los problemas que pueda tener cada individuo, y tener un arma es todavía más alarmante, ya que todos los que se han quitado la vida, así con ella. Igualmente, debo destacar que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad utilizan su herramienta de trabajo, y los civiles lo que tienen a su alcance, pastillas, fertilizantes, cuchillos y un largo, etc.

 

Por todo ello, y sabiendo de lo que hablamos, psicólogos, coach, sacerdote y yo en primera persona como enferma de síndrome ansioso, depresivo, y ponente en diferentes actos sobre el suicidio policial, es por lo que se ha solicitado de forma activa con el fin de que podamos salvar una vida.

 

Toda la población en un momento dado, necesita de ayuda, y poder acceder a ella de manera inmediata, no dentro de seis meses. Como por desgracia ocurre en la actualidad.

 

En el tema de menores de dieciocho años, en los colegios se ha abierto un protocolo que de inmediato se remite a psiquiatría al menor. Pero, dejo la pregunta abierta ¿cuántos niños se suicidaron el año pasado, sin haber detectado los profesores el acoso del que eran objeto? Los padres, estamos demasiado ocupados con nuestros trabajos, dejando en manos de estos menores tecnología a la cual no deberían de tener acceso o estar “capada” con el fin de que no pueda haber ese acoso en redes sociales, agresiones en el patio o a la salida de los colegios, cuando lo difunden como si de un triunfo se tratara.

 

Sé que es difícil tomar decisiones en estos casos. Que nadie quiere hacerse eco de una situación de la cual es notoria, que ocultamos y no se habla. ¿A quién le gusta decir que uno de sus progenitores tomó la decisión de quitarse la vida? ¿Cómo te enfrentas a esta situación? Mi padre o mi madre me dejó solo porque no quería seguir viviendo. Ese sufrimiento, y según estadísticas, los hijos estarán más predispuestos a repetir los actos de sus padres.

 

Sin embargo, si en mi caso alguien me hubiera hablado de síntomas o como salir de ese bucle en el que me encontraba, puede que me hubiera ayudado y podría haber logrado ahuyentar los demonios que me atormentaron durante mucho tiempo, el pasado se repetía y el futuro era incierto. Las barbaridades de los que fui testigo causaron una debacle, pensando que era la única que le sucedía tales hechos. Por desgracia y con el tiempo, me di cuenta de que no. Mi compañero se suicidó en un hotel con su arma.

 

Si consiguiéramos que por parte de las instituciones se realizaran charlas y conferencias sobre este tema, sacándolo del tabú, y hablando como otra enfermedad cualquiera, podríamos salvar muchas vidas, aunque me conformo con una sola. Sería todo un honor.  

 

Somos policías, y nuestro oficio es defender al prójimo y, sin embargo, nos lesionamos a nosotros.

 

Tampoco tenemos herramientas para ayudar a los demás. Nuestra intuición y la experiencia adquirida durante nuestros años de profesión es lo que podemos abordar ante un suicida.

 

Que contradicción más grande. Pasamos y acompañamos los peores minutos de una vida de un ciudadano y nosotros los asumimos solos, nadie nos ayuda.

 

Cambiemos esta situación.

 

El suicidio es un tema profundamente delicado y triste que ha afectado a la humanidad a lo largo de toda la historia.

 

Sigue siendo un tema tabú.

 

Si lo abordamos de manera abierta podríamos encontrar más soluciones.

 

© Yolanda Trancho- Escritora

 

El lobo

Era una noche de jueves, y su marido llegaría tarde. Los jóvenes universitarios salen a cenar y el padre de sus hijos se quedaría hasta cerrar. Así que bañó a los niños, les leyó el cuento preferido de Caperucita Roja, y los arropó ante la ventisca que parecía no arreciar. Se recogió la melena en un moño y tomó una ducha, cansada de un día de juegos y quehaceres de mamá. Se desplomó casi en el sofá. Una película cualquiera, le daba igual. Los ojos se le empezaron a cerrar, pasaban de las doce, él no tardaría en llegar. Se metió en la cama, y el rugir de la noche tormentosa parecía impedirle conciliar el sueño, hasta que el sopor de un día agotador le arrebató los pensamientos y descansó esperando a su amado.

Mientras ella duerme, arropada y esperando, un lobo aúlla en la noche que se cierne en la ciudad. El cuento de Caperucita ha quedado en otro lugar. La madre, la abuela, el lobo y la niña que camina sola por el bosque, que miedo la daba en su infancia recordar esa historia que le contaban.

La oscuridad se cierne sobre Barcelona y el animal sale de su escondite. Los árboles de las calles adoquinadas y asfaltadas doblan los troncos y las ramas gritan al son de las hojas, alertan del peligro que acecha.

Las personas se guarecen en sus casas y cierran ventanas, ese jueves de febrero es diferente. Los paraguas no contienen las lágrimas de las nubes que desbordan las alcantarillas y el viento las arrastra a medianoche, echándolas de la ciudad. Solo quedan los aullidos del lobo y los gritos de los árboles desesperados, alertan, rugen, se mueven de un lado a otro. Ya ha salido el lobo y los colmillos afilados muestran que esa noche de nuevo atacará. Tiene ganas de una victoria. El cazador lo busca y no lo halla en ningún lugar. El lobo es escurridizo.

Una adolescente, ha pasado la tarde en casa de una amiga de su tierra lejana, Argentina. Cuando se despide, ni siquiera escucha el aullido. Ensimismada en resguardarse de los gritos de los árboles, camina por las estrechas calles del barrio de Gracia. Callejea por unas y otras, un mendigo se refugia en el interior de un cajero. Ella acelera. Da la vuelta en una esquina. Los contenedores de basura no los han recogido y pasa al lado de uno que desprende un olor a podrido.  Se acomoda la bufanda que parece tener vida propia, y se ata mejor el abrigo. Quizás quisieran advertirle que mire hacia atrás.

Las cazadoras buscan por donde actúa el lobo, identifican a quien tiene características similares. Buscan esos colmillos y esa mirada singular. Es imposible. La noche les cala los huesos. Se vuelven al coche y con sus armas en la cintura circulan con lentitud. Una mujer camina sola y a pocos metros la siguen. No hay ningún lobo alrededor.

La joven con capucha no se percata que alguien camina detrás. Es silencioso y los pasos son ocultados por las ramas y las hojas de los árboles que quieren advertirla. Feliz camina en los recuerdos de una niñez, en un futuro inminente y en la vuelta a su Argentina natal. Las puertas de esta ciudad se le han abierto. Caperucita se tapa la larga cabellera con la capucha, el pelo se le enreda al tener vida propia. El lobo detrás de ella. La joven con su abrigo camina con rapidez, la noche es demasiado oscura y ni siquiera la luna alumbra la ciudad, escondida detrás de las nubes que corren y corren para intentar que salga, sin que les dé tiempo a avisarla.  La negrura se cierne.  Las farolas parpadean.  La luz viene y va. Peligro, gritan. El lobo está demasiado cerca.

Unos pasos más rápidos del hombre, cansado está. La agarra de los hombros y la mete en la entrada de un portal. La joven intenta agarrarse a unas plantas que decoran el lugar, no quiere ser arrastrada por quien la lleva a la total oscuridad. A pesar de luchar con todas las fuerzas, el lobo le baja los pantalones, se enzarzan en una pelea sin igual. Caperucita ignora las palabras del hombre quién la desea y ante la terquedad y la lucha que no espera. Saca los dientes afilados, ella se defiende y el filo del cuchillo se clava en sus antebrazos, no lo logrará, no se dejará poseer. No, hoy no. Luchará hasta el final. Ella se vuelve una leona salvaje y pide ayuda con gritos que ocultan las ramas suplicando por la vertiginosa pelea que se desarrolla en ese portal. La luz de la farola titila. Que alguien me vea. Que entiendan. Está inmóvil, quiere ayudar.

La leona sigue luchando con las bragas en las rodillas, el lobo, harto de tanta lucha le clava una de sus garras en la barriga.  Hasta el abrigo le ha quitado y ella sigue combatiendo sin darse cuenta de que la sangre ya comienza a brotar. El hombre no lo conseguirá. No. Ella es fuerte y grita y vuelve a gritar. Se defenderá hasta el final.

El lobo se enfada más y más. Y el filo vuelve a clavar una y otra vez, la joven forcejea, las fuerzas acaban de perder. No sabe que le sucede, un líquido ardiente le recorre las piernas desnudas y la vista se le nubla. Las rodillas se le doblan y entonces sí que escucha los susurros de los árboles que le dicen que el lobo ha huido del lugar. La farola vuelve a parpadear, que alguien la ayude, la joven tumbada está.

Tendida en el suelo, una vecina de la estrecha calle alarmada por la luz de la farola, corre las cortinas y enfrente, resguardada en la oscuridad, la ve medio desnuda en el portal.

Con todo premura una patrulla llega al lugar, caperucita solo dice que la han querido violar, que ha luchado hasta al final. Las cazadoras, están al otro lado de la ciudad. Ella es valiente y mucho más. Apoya la cabeza en las piernas de un agente mientras esperan la ambulancia. Le cierran los ojos que mantiene abiertos, como si con ellos quisiera decir más.

Los intestinos están fuera, la camiseta no cubre los pechos y un charco de sangre invade el pavimento del portal. Cuando llega la ambulancia solo certifica una muerte por un lobo, que muy valiente ha huido del lugar.

No es su primera víctima, habrá otra más. Que no luchó ni se defendió, solo se dejó penetrar. El miedo la paralizó. Siguió las órdenes del lobo quién satisfecho se marchó esa noche a su hogar.

Mientras preparaba otro asalto, las cazadoras de la Judicial, llegarían a un punto de Barcelona, lugar donde los árboles y las farolas indicaban que volvería a atacar.

Allí estábamos, a la espera de verle pasar, sin saber que ese jueves, volvería a actuar.  

Mi compañera se dirigió sola a una papelera y el lobo con esa mirada la siguió a unos metros. El cabello largo era algo que le gustaba y la policía la tenía bien cuidada.

Cuando el lobo se iba acercando, vi esos ojos, esa mirada de depredador. Los hombres que ansían la posesión de una mujer, la sumisión, la derrota de humillarse, los hizo brillar. Detrás de ella, se acercaba más y más. En ese momento los cazadores ahí estábamos cansados de lidiar con hombres que violaban y mataban. Los árboles y las ramas se detuvieron y la brisa dejó de estar.

Era principios de mayo y el calor apremiaba. Así que, como cazadora,  no dudé en darle el alto, nos lo llevamos, lo cacheamos y armado estaba, era cocinero nos dijo. El restaurante lo confirmaba. Filiación y toda la noche a la espera depredador. ¿y si fuera ese? Nos dijimos. Estábamos seguras, esa mirada, esos colmillos de deseo por esa melena. Solo alguien con experiencia puede saber si te van a atacar.

Gestiones y más gestiones. Al final, las víctimas lo reconocieron y se realizó la detención.

El sol brillaba aquel día y la brisa quieta estaba.

Fuimos a su guarida y casado estaba, dos niños pequeños correteaban por el salón, y preguntaron el motivo de que su padre se había marchado a otro lugar.

La esposa nos contó que por desgracia aquel día de febrero, ya de madrugada de su marido algo le alarmó. En el trabajo de cocinero tenían ducha y era raro demasiado que viniera sin haberse bañado. Al cabo de unos días tiró la ropa de aquel lejano día de febrero. Ojalá la hubiera guardado, dijo con lágrimas, la esposa del lobo que algo sabía. Aseguraba que él había matado a la pobre chica, pero no se pudo demostrar. Había sido el autor de tan mortal acto que en radios y periódicos salió. Ese mismo día sospechó.

Cuanto dolor tenía la mujer con melena rubia y ojos claros que desbordaban tristeza por como decirles a sus hijos lo que su padre era. No tenía palabras de agradecimiento y desbordaba vergüenza por ser la esposa de un lobo que aulló durante noches y nadie le paró.

Recogió los juguetes desparramados por el salón, mientras preparaba un café, miles de preguntas rotas por el llanto. Respuestas de agradecimiento por facilitarnos datos exactos de noches de ausencia. Algo sospechaba y lo escribió en su diario. Nunca imaginó que la vida le depararía estar casada con un depredador.

Aquel día, una de las cazadoras quedaría marcada para el resto de su vida. Caperucita Roja había sido asesinada y en los sueños se le aparecería. No pudo salvar la vida de una joven. No asimiló la soledad de una esposa, y la tristeza de unos lobeznos que reían jugando en el salón de su guarida sin saber que el lobo había vivido con ellos.

La cazadora con demasiados años de experiencia se llevó a la joven a sus sueños y la incorporó en su vida diaria, podía haber sido su propia hija. ¿Cómo una madre deja a una niña pasar por el bosque sola? La cazadora se volvió más protectora, siempre alerta. Y cada víctima las reconoció como suyas. Se culpó de  un fallo suyo por no ser más eficiente en su trabajo. Por no adelantarse a los hechos ¿Cómo lo hago? Se preguntó miles de veces. El cazador supo acercarse a la casa de la abuelita, y sin embargo esta cazadora no escuchaba ni el rugir de los árboles y el silbido del viento. Se volvió sorda y muda, después de quince años atrapando lobos. A quién he de contarle que un cazador tiene miedo de perseguir al lobo. Así que se encerró en casa, no salió, protegió a sus cachorros y se volvió víctima de un lobo y otro que no detuvo, al que no se anticipó, al que no vio salir de su cueva.

La cazadora se derrumbó, batió muchos duelos con diferentes lobos, salvo a caperucitas y sin embargo se culpó una y otra vez.  Se atribuyó el dolor de las que no pudo alertar.

Caperucita seguiría saliendo a todas horas, de día y de noche, con su cesta de comida para la abuelita, y la cazadora quedó derrotada. Dejó de salir, cuidó a su familia con afán, ningún lobo se acercaría. Dos años encerrada, era su castigo, se lo merecía por no poder ayudar. Hasta que un buen día, con terapia y medicación, se dio cuenta de que no era culpable de lo que ocurría. Que era una cazadora, que tenía que luchar como fuese, y se volvió a poner la coraza, se vistió con su armadura, y sin llevarla salvó a caperucitas que supieron reaccionar ante el lobo.

Cazadora y caperucita, lograron acuerdos y nunca se rindieron. Hoy en día soy una gran cazadora que con charlas y conferencias lucha contra el lobo. Ya no le dan miedo sus garras, ni sus dientes afilados. Tampoco su aspecto, y el pelaje que le cubre, aunque a veces se ponga la piel de cordero. La cazadora se ha vuelto una leona, que como en la fauna, lucha por las injusticias. El lobo seguirá atacando, aunque siempre tendrá detrás a esa mujer que un día se volvió pequeña y las lágrimas le inundaron, el dolor le impidió respirar, y los pensamientos se volvieron pesimistas.

Hoy ha renacido la cazadora que fue. Hoy ha pasado a ser una guerrera.

© Yolanda Trancho- Escritora

 

 

No quiero ser mayor.

Pederastia

Cuando estaba repasando este artículo, no quería que faltara ningún dato, ninguna estadística, y me di cuenta de que no era lo realmente correcto. Soy de poner sentimientos y que el lector empatice con el artículo. Duro, sin embargo, muy real, los datos son desgarradores, y por eso he querido dar otro enfoque totalmente diferente. No solo quiero mostrar y expresar lo que es un abuso sexual intrafamiliar, eso todos los sabemos. Deseo compartir las experiencias de miles de niñas y niños víctimas de tan deleznable delito.

Según la RAE; se refiere a cualquier forma de actividad sexual no consensuada entre miembros de una familia, padres e hijos, entre hermanos o parientes cercanos.

Según Anita, la protagonista de la que os hablaré, sufrió a muy corta edad, tres o cuatro años, los primeros tocamientos y penetraciones por parte de su padre. Su madre era ajena a todo lo que la sucedía a su pequeña. Así se fueron sucediendo los días, meses y años, hasta que la niña se convirtió en mujer, pensaba que eso era lo normal. Que en todas las familias se realizaban los mismos actos. Sin embargo, algo en su interior le decía; no puede ser, me hace daño. Me obliga a callar y la vergüenza le invadía. Su madre dejaría de quererla, sus padres se separarían. ¿Era lo que deseaba? Tenía mucho miedo, se dejó manosear, penetrar y todo lo inherente al acto sexual, sin tener ni idea de sus actos. Solo era vejada y humillada por quién debía de quererla y protegerla.

Este tipo de abuso le acarreó consecuencias graves y duraderas, impactando sobre su salud mental y física. Con el paso del tiempo se dio cuenta de que no tenía hambre, se volvió introvertida, no quería hablar con nadie, odiaba estar a solas con papá, ese monstruo que aprovechaba cualquier situación. Asumió una culpa y la interiorizó, sin apenas dar muestras a los más allegados de las vejaciones a las que estaba siendo sometida.

Gracias a dar voz, gritar en público, después de interponer denuncia y fundar una asociación para víctimas como ella, logró que los pediatras de España, establecieran un protocolo con el objeto de visionar los genitales a los más pequeños y detectar de manera precoz un abuso. K

Teniendo una entrevista con ella, me ofreció datos devastadores, yo los tenía, pero me parecieron todavía más abrumadores. El corazón se me encogía. ¿Cómo un padre puede violar a su hija? ¿Cómo un hermano viola a su hermana?  Los datos eran horripilantes. El 49% por ciento son víctimas del propio padre. El 12% de su abuelo. El 15% padrastro y el resto otros familiares.

También estuve en contacto con Carlos, el mayor de tres hermanos, un día llegó a casa, y su hermano mediano estaba violando a la pequeña. Entró en la habitación como si de una tormenta se tratara, no podía creer de lo que estaba viendo. La vista se le nubló y el corazón latía más rápido que cuando entrenaba. Estaba en una película, y él era uno de los protagonistas. ¿Su hermano un violador? Su hermana, de apenas doce años, no dejó de llorar, no quería contárselo a sus padres. No separarán, le meterán en la cárcel. Soportaría lo que fuese, no le importaba. La familia era importante, siempre unida. Ella lo olvidaría. Qué equivocada estaba. Han pasado varios años, todos son mayores de edad, y no han podido borrar de los recuerdos aquel día, en el que todo cambió. Delitos, detención, declaraciones y una pelea entre hermanos. Carlos se volcó encima del que hasta ese momento amaba, ¿cómo podía haber forzado a su hermana pequeña? Todo se desbarató, Carlos no pudo soportar el dolor y el sufrimiento de su hermana, dejó la carrera de medicina, y los hermanos fueron separados en diferentes familias, abuelos, tíos y padres. Todo se rompía en un segundo.

En el seno de la familia, lo habitual es encontrar apoyo, amor y protección y, sin embargo, en estos dos casos no fue así. Vuelvo a recordar las cifras, casi el 50% lo cometen los padres y el 20% otros familiares, en este caso, su hermano.

Así podría describir uno y otro caso detrás del siguiente. Es imposible ponerse en la piel de cualquiera de ellos, las víctimas. Pero ¡me pregunto! ¿Los verdugos? ¿Se rehabilitan? Esa es la cuestión, de las entrevistas que tuve, la respuesta era, lo necesitaba, y ahí estaba ella, o él, también un niño masculino, es violado por su padre, nunca fue denunciado, nunca entró en prisión, y pasaba de un hijo a otro según iban haciéndose mayores, siete hijos, siete víctimas de los cuales cinco repiten patrones, sin embargo, hablando con la víctima de esta familia, el segundo hijo, ninguno de sus sobrinos ha denunciado. Les da vergüenza, no quieren que esta sociedad se entera de los abusos que están sufriendo. Se les estigmatizaría en el colegio, en el vecindario y en cualquier lugar que fueran. Mejor sufrir eso, que ir a un centro de acogida. Esa fue la contestación que Jorge me comentó. Él ha intentado influir en sus sobrinos. No es normal, está mal. A pesar de eso, se niegan en rotundidad.

Las Leyes y el sistema judicial juegan un papel importantísimo, pero ¿si no conocen lo que sucede? La sociedad calla, las víctimas soportan en silencio, los familiares realizan pactos de ocultación del daño.

Seguimos siendo unos hipócritas, el año pasado se denunciaron más de 13.000 abusos dentro del ámbito familiar. Pero ¿cuántas se han silenciado?

En conclusión, el abuso sexual intrafamiliar es una tragedia que afecta a demasiadas personas en todo el mundo. Es imperativo que la sociedad, instituciones y familias trabajen juntas para prevenir, abordar y erradicar este tipo de abuso.

Solo a través de un esfuerzo colectivo podemos crear un entorno en el que todas las personas e instituciones se unan para erradicar tales delitos y se pueda vivir libre de abusos y violencia.

 

© Yolanda Trancho- Escritora